miércoles, 28 de enero de 2009

Miércoles 28 enero de 2009

EL ALJIBE
* De Dingo Lilingo,
al Pozolero
POR JAVIER E. PERALTA
"Dingo Lilingo, mató a su mujer, la hizo tamales y la fue a vender", decía esa canción que amorosamente enseñaban las abuelas a sus nietos con el candor que sólo una cabecita blanca puede tener.
Desde esa época muchos que hoy son adultos dejaron de acudir al puesto del mercado, al de la panadería, porque intuyeron que alguna esposa desobligada estaría incluida en el platillo, fuera de rajas o verdes.
Estos tiempos nos han traído una nueva leyenda, igual de tierna y con posibilidades de convertirse en canción de las abuelitas: "El Pozolero", que en un intento de emular a Dingo Lilingo, se dedicaba no a hacer tamales con el cuerpo de su mujer, pero si caldos similares al pozole, con los restos de personas ejecutadas por el crimen organizado.
Sólo le faltó poner un changarro, aunque sin el bocho de Fox, y vender todas las noches el único y exquisito pozole, con el toque mágico de su creador, y que la gente abarrotara el comercio para pelear un plato, aunque fuera uno solo, de tan portentoso potaje.
México es uno de los pocos países en el mundo que tiene la afición de crear canciones como la de Dingo Lilingo, y de pilón que sus abuelas enseñan a los nietos con singular afición. Ahora es "El Pozolero", culminación, éxtasis para quienes tendrán la tarea de hacer estudios sicoanalíticos y sociológicos acerca de este, todo un personaje de nuestros tiempos.
(Texto publicado el miércoles 28 de enero de 2009, en la edición del diario vespertino CIUDAD, De Última Hora, en Pachuca, Hidalgo)

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