domingo, 4 de enero de 2009

Lunes 5 de enero de 2009

EL ALJIBE
* Día de Reyes
POR JAVIER E. PERALTA

Cantaba Javier Solís: “le pediré como regalo en Día de Reyes, besar tus labios y estrecharte junto a mí”.
¿Usted qué le pediría a Melcho, Gaspar y Baltazar que pudiera ser realizable? Le digo realizable porque si solicita que acabe la violencia en México, que la economía mejore, que pueda conservara su trabajo, nomás no; son asuntos muy terrenales que nos hemos encargado que su solución sea prácticamente imposible.
Así que mejor será remitirnos a cosas más simples, pero que el destino y la suerte pueden llevar a que se hagan realidad, como la canción que con tanta maestría entonaba mi tocayo de apellido Solís.
Por ejemplo que los hijos reciban el regalo con alegría y satisfacción, cualquiera que los raquíticos bolsillos de los Santos Reyes puedan llevar la noche de hoy a la cabecera de los pequeños. Y ante todo que mantengan la ilusión de que algo existe más allá de lo que consideramos realidad comprobable.
Aunque también es cierto que no pocos “magos” por estas fechas cierran con broche de oro el maratón Lupe-Reyes y con una cruda descomunal, apenas si podrán tocar a la puerta de sus casas para dar noticias de que aún viven.
Por desgracia, de un modo u otro la noche del 5 de enero, es también el primer enfrentamiento con la realidad para millones de niños mexicanos, al descubrir que la sociedad se divide en clases, de tal modo que con todo y haberse portado bien, cumplido sus deberes escolares, nunca podrán aspirar al regalo que unos Reyes más pudientes llevaron a otros pequeños de clase acomodada, se hayan portado bien o mal.
Resulta el momento exacto para descubrir que ni en la ilusión somos iguales, y que por causas del destino, la suerte, la fortuna, la condena de la injusticia ya tocó a su puerta.
De todos modos hoy es la noche en que los Santos Reyes llegan, depositan los regalos y se van en las tres estrellas (del cielo, no de autobús) para regresar hasta dentro de un año.
Suerte para todos y por si la fantasía puede apoderarse un rato del mundo, deje su cartita y sueñe, que es lo poco que aún nos queda.

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