jueves, 15 de enero de 2009

Jueves 15 enero de 2009

EL ALJIBE
* La lluvia de estrellas
POR JAVIER E. PERALTA
Habían llovido estrellas, porque el piso de la calle resplandecía cuando la gente se asomó por la mañana y descubrió el milagro. Ningún automóvil podía ser usado, ante el temor de hacer pedazos los luceros escondidos en charcos y pequeñas lagunas que se habían formado. Caminar era casi imposible por las mismas circunstancias.
Pero no importaba, que por un día perdido en el trabajo o la escuela, nada cambiaría. A cambio todos se maravillaban que el firmamento siguiera guardado en el agua, aunque también empezó a gestarse la preocupación de que la noche dejara de existir ante la falta de estrellas.
Todas las mascotas tuvieron que ser amarradas y metidas a los hogares. Los sistemas de transporte recibieron la orden de no moverse del lugar donde estuvieran; hasta los ladrones, secuestradores y ejecutores no movieron un pie, porque existía el riesgo absoluto de acabar con el universo.
Cuando se vieron los primeros rayos del sol cundió el pánico y los manteados puestos con sábanas, ropas, lo que se tuviera a la mano, tapizaron las calles de la ciudad. Hasta que la temperatura subió tanto que el agua empezó a evaporarse y con ella los luceros, el firmamento mismo.
Pasado el mediodía no quedaba nada y la gente lloraba con amargura, terror por lo que pudiera pasar en la noche.
Hoy cuando el sol se oculte, y el día deje de ser día, pudiera ser que en el cielo sólo quedara la oscuridad y el vacío, y eso nos tiene preocupados a todos. Muy preocupados.
(Publicado el jueves 15 de enero de 2009 en la edición del diario vespertino "CIUDAD, De Última Hora, en Pachuca, Hidalgo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario