Martes 6 de enero de 2009

EL ALJIBE
* Reyes Magos por un día
POR JAVIER E. PERALTA
El mejor regalo que recibí cuando era niño por parte de los Reyes Magos fue un futbolito, de marca "Coquis" y muñecos de plástico que por desgracia, al paso de unas semanas, dejaron de estar pegados con fuerza a la barra de metal, para jugarme malas pasadas al tocar la pelota y dar vueltas como rehilete sin afectar en lo mínimo el destino del esférico.
No era por supuesto una mesa de futbolito sino una pequeña tabla pintada de verde con muñequitos en posición de patear el balón. Sin embargo es el recuerdo más pleno que tengo de los días 6 de enero cuando, al despertar por la madrugada, vi la caja que contenía el juguete anhelado.
Está claro que ya no dormimos mi hermano mayor y yo, y que dedicamos toda la madrugada a jugar en el pequeño campo de césped de aserrín, hasta caer dormidos a las 12 del día.
Supongo que esos tiempos, hablo de 1968-1969, eran más propicios para celebrar la sencillez de la vida, lo simple del juguete, la ilusión que se podía fomentar alejados de las computadoras y la televisión.
No digo que haya sido mejor esa época, simplemente fue la que me tocó vivir de niño.
Ahora es diferente, y pese a los nuevos Herodes que asaltan a los Reyes Magos justo la noche del 5, se mantiene la noche mágica en que uno llega del lejano oriente y posee poderes que trascienden a la vida misma, a la realidad que nos empeñamos en decir es la única.
Conservar esa magia será la tarea de todo el año.
(Publicado en la edición del diario vespertino CIUDAD, De Última Hora, en Pachuca, Hidalgo)