martes, 17 de febrero de 2009

Martes 17 de febrero de 2009

EL ALJIBE
* La Tristeza
POR JAVIER E. PERALTA

La tristeza puede traducirse en unos ojos que lloran, la tarde que no tiene ningún curso, el firmamento tapizado de luceros, los recuerdos que empiezan a ser un estorbo, el presente sin una posibilidad real de ser trampolín hacia el futuro, las manos que han perdido el tacto para acariciar, la voz sin tono que expresa nada, como no sea paciencia para esperar el día final; pasos que llevan a la misma estación donde nunca sale tren alguno, como no sea la ilusión de que algún día llegará procedente del lugar de los sueños; los pulmones que se cansan de hincharse porque perdieron el gusto por mantenernos vivos.
La tristeza puede ser que, sobre todo, perdiste el rumbo cuando habías trazado una ruta sin paradas rumbo a la inminente alegría que siempre se te ha escapado, escondido, burlado.
También la imposibilidad de amarrarte una agujeta porque los dedos son torpes, sollozan cada vez que dan una vuelta y se encuentran para abrazarse en ese rito de las mañanas.
Como tú, como todos en estos días, la tristeza llegó muy de mañana, porque resulta eso, triste, acudir a celebrar el funeral de alguien que fue bueno con nosotros, estuvo a la altura dicen los que saben, se comportó con dignidad y hoy mismo, casi a punto de ser llevado al campo santo, es alegre, sabe decirnos que de un modo u otro construyó la casa donde empezamos a sabernos amigos, amigas, compañeros, compañeras, camaradas, eso es, camaradas.
Eso y más seguramente es la tristeza.
Eso y más.
(Texto publicado el martes 17 de febrero de 2009, en el diario vespertino CIUDAD, De Última Hora, en Pachuca, Hidalgo)

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