viernes, 20 de marzo de 2009

Lunes 23 marzo 2009

EL ALJIBE

Pachuca, serás olvido
por dar la espalda a los jales

POR JAVIER E. PERALTA

-Ojala soplara con más fuerza el viento, que los jales se hicieran remolinos, y los remolinos tornados, y los tornados huracanes de tierra, y los que viven en la ciudad fantasmas, y todo se convirtiera en territorio de posibilidades, rostros que empiezan a construirse pasado el vendaval. Ojala existiera una segunda oportunidad antes del diluvio de fuego… ojala.
Estaba ahí antes de que los cerros de mineral existieran, porque vino del fondo de la tierra en uno de ellos. Nadie lo vio ya que su rostro de polvo se confundía en las montañas que después se hicieron su residencia en la tierra.
Quiso como nadie a la pequeña ciudad, la amó entrañablemente, como sólo pueden hacerlo quienes conocen la entraña de sus misterios. Todas las noches descubría, luz a luz, que las calles tapizaban de asfalto lo que encontraban a su paso, y sintió miedo, porque lo imposible se asomaba en su futuro inmediato: desaparecer, ser nada, luego que las máquinas arrasaran la cordillera de jales que creía indestructible.
Por eso convocó a los Dioses de la destrucción, los que hacen que el aire gire y gire, y levante miles de toneladas de polvo hecho de plata y oro.
-¡Qué se acaben las carreteras, los caminos, las avenidas, los bulevares! ¡Y que sobreviva sólo el recuerdo, las siluetas sin cuerpo que construí en la soledad de las noches, del abandono, cuando sólo el frío acompañaba al hombre que fui gestado en las entrañas de la tierra!
Todavía dirigió instrucciones exactas para que el caos existiera. Lloró emocionado al ver que la tierra de que estaba hecho respondía a sus conjuros. Todavía se ilusionó con volver a empezar una historia que había dejado trunca.
Poro fue en vano. Pasados los años de sus lágrimas todavía obtienen plata brillante como la luna, oro igual de inconstante como su corazón.
De aquel ser nacido en las entrañas de la tierra, apenas queda el polvo fino que se pega a los zapatos.
(Texto publicado en el periódico semanal CIUDAD, De Última Hora, en Pachuca, Hidalgo)

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